martes, 29 de octubre de 2013

Atrapado en libertad

Hoy en un noticiero escuché que alguien tenía posibilidades de salir de la cárcel en libertad condicional. No es nada nuevo, nada que no haya escuchado ya pero esta vez me detuve en ese concepto: Libertad condicional... ¿Acaso no estamos todos en libertad condicional? ¿Acaso la libertad que nos ofrecen, nos prometen y nos aseguran que tenemos, no está condicionada por los mismos que nos afirman que somos seres libres? Omiten decir que somos lo más libres que nos permiten ser, que nos permitimos ser, que permitimos ser. Libertad bajo condiciones, normas, reglas, leyes, que te dicen cómo, cuándo y hasta dónde es la libertad de cada uno. La libertad es un oxímoron en sí misma, tengo entendido que fue Sartre quien dijo que "Mi libertad se termina donde empieza la de los demás." Dado que la libertad es, en sí, imposible de llevar a cabo, pasó a ser un bien que, depende de cómo se lo analice, puede llegar a calificarse y cuantificarse. Si vamos al campo político, la libertad es otorgada por el poder (íntimamente relacionado con el capital). Cuanto más poder tengas, más libertad para hacer lo que quieras, con quien quieras, como quieras y cuando quieras vas a tener. Si vamos a lo cívico, nuestra libertad es tal mientras no jodamos a los demás, depende de cuánto molestemos y qué tan susceptibles sean los demás somos más o menos libres. Pero eso ya lo sabemos, entendemos y asumimos todos... La parte realmente jodida está en lo personal. ¿Hasta qué punto uno es libre? ¿Hasta qué punto uno se permite ser libre? ¿Son las barreras que nos ponemos, parte de nuestra libertad? ¿Donde termina la libertad de la razón empieza la del corazón? ¿O son simplemente dos políticos refregando constantemente su poder en la cara del otro? ¿O dos personas en plena libertad molestándose sin importar? ¿O dos personas susceptibles que no dejan al otro ser y hacer? Seguir las lógicas de la razón, ¿no es cercenar la(s) libertad(es) del corazón y viceversa? ¿Hacemos lo que podemos o lo que queremos? ¿Queremos poder? ¿Podemos querer?

Preguntas que me hago y que me responden, siguiendo con el debate, mi corazón y mi razón.

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