jueves, 22 de septiembre de 2011

Lo que dice la canción...

"Cuando un amigo se va queda un espacio vacío...



...que no lo puede llenar la llegada de otro amigo." 


Es cierto... Pero vos no viniste a llenar ningún vacío, vos llegaste a crear más espacios. Así, todo chiquito como sos te vas adueñando de cuanta cosa y persona te pasa por enfrente. ¿Qué importa si sos labrador o siberiano o un rejunte de razas? Sos (y sos bastante)... Eso es lo que vale.


Gracias por venir Oli

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hasta que un día....

Volví a probar el sabor de las heridas que no cierran. A no poder evitar que mi cara se retuerza y de mis ojos se derramen cataratas de lamento. A sentir en el pecho la presión de todo el aire queriendo salir de mis pulmones. Volví a llorar. Con un condimento extra: una pizca de desconsuelo. ¡Que cosa más fea, por favor! Estar viendo algo que cada vez que aparecía lo evitaba porque sabía que era muy probable que terminara así, terminar así y no saber qué hacer para salir de esa situación. En ese punto es donde entra el desconsuelo, en el "estoy llorando irremediablemente y no hay nada en este instante, en este lugar que pueda secar mis ojos". Ni siquiera una respuesta o una solución que termine el problema. Sólo algo que corte el llanto pero no, no hay. Lo loco fue darme cuenta, entre llantos, que todavía cargo la pequeña marca de una vieja herida que ya cerró, que en un extraño ataque de locura supiste propinarme. Si bien en ese instante el llanto fue más fuerte, y todo depende de mi estado de ánimo y cuánto te necesite en el instante en que lo haga, cada vez que me veo el brazo sonrío y recuerdo que te llevo, además de en el corazón y en la memoria, marcado en mi brazo.

Decir que te extraño tiene gusto a poco, decir que te necesito se cae de maduro. Decir que te quiero, aunque redundante, es inevitable.



Recomendación: Si extrañan a su perro no miren, insisto y se los pido encarecidamente, NO MIREN la película "Marley y yo".