lunes, 14 de julio de 2014

El fracaso de la derrota.

Hay derrotas que no ganan, fracasos que fracasan en su afán de hacernos sentir que perdimos. Debería existir un término para eso. No alcanzar un objetivo no siempre implica derrota, mucho menos fracaso o ni hablar de pérdida. Sea en el ámbito que sea, deportivo, laboral, artístico, personal o lo que sea, debería existir un término que explique esa sensación de no levantar un trofeo pero sentirse realizado, darlo todo, intentar, aguantar, pelear, esas cosas que no se ven reflejadas en un marcador, en ningún premio de ningún tipo más que la satisfacción personal de saber que no queda nada más para dar y que se hicieron las cosas lo mejor que se pudo. No está mal esperar más de uno mismo ni de nadie, exigirse y exigir un poco más, sólo para ver hasta dónde puede extender uno su límite pero no hay que sentirse derrotado o que hemos fracasado por no lograr estirar ese límite. Sí es bueno conocerlo y visitarlo seguido. Quizás, sin darte cuenta, se te escapa algún paso y lográs correr esa línea y un día mirás para atrás y te encontrás más lejos de lo que pensabas.

1 comentario:

  1. Eso que decís existe, y existió todo el tiempo. Existe al momento de despedir a un familiar que te dio amor, respeto, cariño. Que te cuidó, que se sintió orgullosa de vos por un pequeño logro, casi minúsculo. Existe cuando la estás despidiendo y revisando sus escasas pertenencias y releyendo su testamento, encontrás que no tenia bienes materiales. Pero al momento de definirla, no dudas en decir que era un grande de verdad. Existe al cumplirse un mes largo de su ida y decir, como la extraño. Existe, y existió toda la vida. El problema es que comenzamos a regirnos por los parametros de otros, los que determinan que el exito es llegar a la luna en una mision de la Nasa y no cuando te despedís de una mujer que te hizo tocar esa luna con las puntas de los dedos, al acariciarle o moverle de lado su cabello. Existe, existe en serio. A una edad, me hicieron creer que la vida era blanco o negro. Por suerte, pude conocer los matices de los grises, y te juro que muchos de ellos son casi gloriosos. Si seguimos por estos parametros actuales de exito o fracaso, lo unico que lograremos es desenmascarar más rápido al que en la red social pone siempre me gusta, pero cuando opina ves todo el resentimiento que le abarca. Seguí tu camino descubriendo los matices, y si la vida te pone frente al blanco, disfrutalo. Si no, tené a mano el pantone y te vas a dar cuenta que los colores intermedios suelen ser muy bellos, refrescantes y más ilustrativos.

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